Zoila&Juan: Cabecero cama

Hace ya mucho tiempo que no subíamos cosas al blog, ya que llevamos unos meses restaurando nuestra nueva casa; poco a poco iremos nuevamente subiendo nuestros trabajos e ideas, de todo el trabajo realizado estos últimos meses.

En este caso, al quedar la casa amueblada, reutilizamos muchos de los muebles que nos dejaron, restaurándolos y modificándolos a nuestro gusto.

Este primer trabajo, es la sustitución del cabecero de cama de la habitación principal, eliminando éste y aprovechando las mesitas.

Lo primero que hicimos, fue eliminar la parte central del cabecero, quedándonos solo con las mesitas; estas las pintamos de color blanco, excepto los cajones superiores, que más adelante irán pintados en color wengué.

Para ello utilizamos pintura imitación wengué, en este caso de la marca Tintanlux. Primero lijando con un estropajo la superficie del cajón y desengrasándola con disolvente, para quitar cualquier producto que se hubiera utilizado para limpiar, y que podría hacer que la pintura ho se adhiriera bien.

Ahora toca pintar las paredes de la habitación; primero, con un emplaste, cubrimos todas las grietas y agujeros que quedaron de los cuadros del antiguo propietario. Es muy importante no escatimar con el precio de la pintura, ya que nosotros cometimos el error de comprar los famosos "bricobombazos" y la pintura era de mala calidad y no cubria, perdiendo tiempo y dinero. En este caso escogimos dos azules, uno claro para las paredes y uno más oscuro para la pared del cabecero.

Para realizar el cabecero, utilizamos los pequeños espejos de Ikea, modelo Malma, 10 en color blanco y dos en color wengué; estos últimos para hacer juego con los cajones superiores de las mesitas. Para pegarlos a la pared en dos hileras, utilizamos "No Mas Clavos" de Pattex.

Una vez tomadas las medidas para centrar el futuro cabecero y la altura desde el suelo, con relación a la cama, marcamos con cinta de empapelar la línea a partir de la cual se van a pegar los espejos.

Echamos unos pequeños puntos de "No Mas Clavos" en la parte trasera del espejo y lo pegamos a la pared; en 10 segundos este queda ya sujeto, pero después tenemos tiempo suficiente para poder moverlo y ponerlo a nivel o posición deseada.

Ayudados de un nivel, vamos moviendo el primer espejo hasta la ubicación escogida, ya que este nos servirá de referencia para colocar el resto de los espejos.

Nosotros los quisimos colocar distanciados unos de otros por un centímetro, para que se viera el fondo de la pared y asi contrastase con el blanco de los espejos. El truco que utilizamos, fue colocar unas pinzas de la ropa entre los espejos, para apoyarlos, ya que estas tenian la medida deseada.

Pegado de los espejos, hasta completar el cabecero:

El siguiente problema que nos encontramos, es que las mesitas eran bajas en relación a la cama, así que se nos ocurrió colocar sobre estas, unas pequeñas baldas. Para ello compramos un tablero de pino de 80x30 cm y lo cortamos en dos, para obtener las baldas.

Para sujetar las baldas a la pared, utilizamos unos soportes de color blanco. Hicimos unos encajes en las baldas, para que al colocarlas en los soportes, estas quedaran bien pegadas a la pared.

Al igual que los cajones de las mesitas, las pintamos en wengué a rodillo:

Presentamos las baldas en la pared, centrándolas con las mesitas, para marcar la zona donde irían colocados los soportes e instalamos estos, colocando a continuación las baldas en el lugar escogido.

Y este es el resultado final, con las mesitas restauradas y el cabecero de espejos. Una solucion barata. Podéis escoger en Ikea entre varios colores para realizar la combinacion que más os pegue con vuestra habitación.